MSF
Liderazgo Humanitario

La organización: Una visión general
MSF es la mayor organización humanitaria independiente de ayuda sanitaria en el mundo, cuyo objetivo principal es la atención de las necesidades de las poblaciones más necesitadas, desprotegidas y olvidadas. Sin embargo, su desempeño a lo largo de 32 años de historia se ha caracterizado por ir más allá de la ayuda humanitaria. El profesionalismo, estricto funcionamiento logístico y sobre todo su afán de denuncia, concienciación e información sobre los problemas subyacentes a las carencias que atienden son algunas de las características que distinguen a MSF del resto de las organizaciones humanitarias, distinción que la hizo merecedora del Premio Nóbel de la Paz en el año 1999.
MSF nace en Francia, en 1971 producto del descontento de dos grupos de médicos que habían participado en situaciones de ayuda humanitaria como parte de otras organizaciones. El silencio ante las situaciones de guerra y de injusticia y la deficiencia y falta de recursos en la ayuda, motivaron a estos profesionales a formar Médicos sin Fronteras, bajo premisas de profesionalidad y con una independencia política que les permite hacer uso de la denuncia como arma para combatir las violaciones a los derechos humanos.
MSF se rige, en cualquier contexto en el que participa, por cuatro principios básicos: Humanidad, respetando la dignidad y la capacidad de elección y autonomía del ser humano; independencia, referida a la acción, únicamente posible por la diversidad de fuentes de financiamiento; imparcialidad, al no hacer ningún tipo de discriminación y manteniendo siempre un espíritu universal; y neutralidad, testimoniando y denunciando violaciones de los Derechos Humanos pero sin tomar partido en conflictos políticos, raciales o religiosos. Para lograr mantenerse dentro de estos parámetros, han fijado otros principios de tipo operacional como: libertad de acceso y asistencia a las víctimas, libertad de evaluación de necesidades, libre elección de las acciones y medios a emplear, libertad de control de la cadena de distribución de la ayuda y respeto a la inmunidad humanitaria. Internamente, rige como premisa de actuación el respeto a los principios deontológicos de la profesión médica. De igual manera, la organización se maneja en el marco del Derecho internacional, apegándose y exigiendo el respeto a los acuerdos relacionados con derechos fundamentales básicos. Todo esto está recogido en la Carta Magna, documento que define las actuaciones y filosofía de Médicos sin Fronteras.
Este estricto marco normativo y ético en el que se desenvuelve MSF, no sólo puesto en práctica sino vivido en el seno de la organización, hace posible que cada una de sus premisas se complementen y se garanticen de forma interrelacionada. La independencia económica de que ha gozado la organización durante sus años de existencia, se deben precisamente a la confianza que tienen sus socios en la profesionalidad y sobre todo la integridad ética de sus miembros. Al mismo tiempo el espíritu de denuncia se alimenta de los valores básicos que definen a la organización, lo que lleva a la búsqueda permanente de soluciones profundas a las injusticias mundiales, y a la concepción de todo individuo como un ser humano digno, igual a los demás y por tanto merecedor de una atención sanitaria profesional y responsable .
MSF trabaja en más de 80 países y para ello cuenta con 5 secciones operacionales en diferentes países de Europa y con otras 13 secciones no operacionales en Europa, Asia, Reino Unido, Australia y América del Norte . Su Oficina Central Internacional está en Bruselas y desde allí se coordinan todas las delegaciones, además de ser un enlace con las oficinas de Naciones Unidas en Nueva York y Ginebra. La organización cuenta también con el apoyo de 2.000.000 de socios, más de 2.500 voluntarios y 10.000 profesionales. Las secciones operacionales se encargan de gestionar proyectos en el terreno, así como captar fondos y Recursos Humanos, hacer actividades comunicativas y participar en las tomas de decisiones a nivel mundial. Estas funciones son compartidas por las secciones no operacionales que se distinguen únicamente en la primera responsabilidad, dado que no manejan directamente proyectos en el terreno.
La actividad de MSF en el terreno ocurre en contextos de: conflictos armados, catástrofes naturales y de origen humano, campos de refugiados y desplazados, refugiados, epidemias, hambrunas y poblaciones marginadas de países subdesarrollados. En cada una de estas situaciones, los proyectos que se llevan a cabo son estrictamente adaptados a las diferentes características coyunturales de cada momento. Paralelo a la asistencia prestada por los médicos en el terreno se llevan a cabo estrategias comunicacionales con el fin de sensibilizar a la población sobre las problemáticas específicas o de denunciar cualquier tipo de violación que pueda estar causando o acompañando las emergencias .
Operativamente MSF está formada por una Junta Directiva que encabeza la estructura, compuesta por 9 miembros (presidente, vicepresidente, tesorero, secretario y vocales) elegidos cada dos años, y que (sin ningún tipo de remuneración) determinan las grandes líneas filosóficas y de actuación de la organización. Por su parte, las secciones están precedidas por los directores generales de cada una de ellas, e internamente hay directores de departamentos que coordinan a los jefes de servicios. Estos últimos lideran a los técnicos de cada departamento. En el plano estructural son sólo tres los estratos que conforman MSF. Después de la Junta Directiva, el segundo nivel lo conforman los miembros asociados , y el tercero, pero no por eso menos importante, lo integran los socios .
En cuanto al aspecto operativo, cada sección divide sus áreas de actividad entre los departamentos de:
o Comunicación
o Finanzas y servicios generales
o RRHH
o Departamento operativo.
Estos departamentos trabajan de forma interdependiente y se complementan en la consecución de los proyectos. Paralela a la actividad de cada uno, existen células de emergencia, integradas por personal de todas las especialidades que se dedican a elaborar planes de acción específicos para las contingencias que se puedan suceder y cuyos miembros están constantemente prevenidos para asistir en el menor tiempo posible a cualquier coyuntura urgente que se presente en algún punto del planeta.
Hasta aquí se ha expuesto de forma general y descriptiva la complejidad del funcionamiento de una Organización del carácter de MSF, necesaria para tener una visión general de su dimensión mundial. Sin embargo, a efectos de su carácter innovador, hay elementos más allá de los datos estructurales y cuantitativos que llaman la atención, en los que se profundizará en este trabajo. Estos son la intervención en las causas de las problemáticas profundas, más allá de la asistencia médica, por una parte, y su política de respeto al destinatario de esa asistencia, traducida en la práctica profesional y eficiente de la ayuda humanitaria.

Más allá de la asistencia sanitaria
“No podemos asegurar que las palabras siempre salven vidas, pero sabemos que el silencio, sin lugar a dudas las aniquilan”…“Los crímenes en contra de la humanidad nos conciernen a todos”. Estás son citas del Dr. James Orbinski, presidente del Consejo Internacional de MSF, en su discurso presentado, en diciembre de 1999 en Noruega, con motivo de la entrega del premio Nóbel de la Paz otorgado a su organización, y son a su vez reflejo del sentir general que prima en la actuación de sus miembros.
La problemática de pobreza y desigualdad en el mundo no puede verse como un tema aislado e independiente del resto de las dinámicas políticas, económicas y culturales, entre otras cosas porque su magnitud merece la reflexión de más de un actor de la sociedad mundial. Esto es precisamente lo que ha entendido MSF en su labor humanitaria, diversificando su injerencia a través de la denuncia, porque no vale curar dolencias siendo indiferente y pasivo ante las causas de las mismas. No trata tampoco de adoptar una postura omnipotente y creer falsamente que una organización, por grande, compleja y eficiente que sea, puede combatir las anomalías que provoca la situación precaria en la que se encuentran millones de personas de regiones abandonadas del planeta. Dar a cada cual “aquello que es suyo, aunque nunca lo haya poseído”, no es una tarea fácil sobre todo porque la felicidad política antecede a la felicidad individual y necesitamos al colectivo para lograr la autonomía . El esfuerzo y sobre todo la voluntad de muchos es lo único que puede generar los cambios necesarios y cada uno debe asumir la parte que le toca. De allí que la neutralidad, principio rector de esta organización, entendida como la no-participación política o religiosa en ningún conflicto, se traduce precisamente en la vigilancia y no en el protagonismo. MSF no trata de enfrentarse políticamente a las instituciones existentes y eventualmente tomar y cumplir con su responsabilidad, sino de ejercer un rol diferente, el de testigo y demandante, en nombre de la sociedad civil, de respuestas a cada instancia según su competencia en los asuntos. “El testimonio es una forma de protección, de dar voz a quiénes no la tienen y expresar así la solidaridad hacia su situación” . A fin de cuentas el respeto a los Derechos Humanos no puede ser garantizado, ni mucho menos impuesto, por entes diferentes a los propios Estados. En MSF se entiende esta vía como la manera de complementar la satisfacción a corto plazo del humanitarismo, con las soluciones largoplacistas de orden político. Aunque “nada se hace sin hombres; nada dura sin las instituciones” .

Esta actitud está muy refrendada por hechos concretos. La prensa internacional ha sido testigo de las denuncias a violaciones de los derechos fundamentales, así como de manifiestos de prensa cuyo objetivo ha sido concienciar a la sociedad civil de la importancia de las problemáticas humanitarias y movilizarla hacia la contribución a las soluciones globales de los mismos. Todo esto enmarcado en la concepción de que “… el acto del humanitarismo viene a resumirse en una sola cosa: seres humanos individuales ayudando a sus homólogos a quienes toca vivir en las más adversas circunstancias” .
Además de la prensa, MSF cuenta con diversos vehículos de comunicación con la sociedad civil como su página web, campañas diversas emprendidas en solitario o en colaboración con otras organizaciones o empresas , y por supuesto, el contacto directo de sus socios con los demás miembros de las comunidades donde están insertos.
En toda la política comunicacional hacia el exterior y sobre todo en la intervención de MSF en las problemáticas humanitarias, un elemento vital, posibilitador de estas tareas, es la independencia que le otorga a la organización la asociación estratégica con fondos privados.
MSF cuenta con un fuerte financiamiento proveniente de Empresas privadas y de particulares que pone su confianza en la transparencia y la efectividad de la organización. Esta inversión supera, de una forma marcada en los últimos años, los aportes institucionales, en los que a su vez, aquí en España, predominan los de instituciones descentralizadas. La variedad del financiamiento por una parte, y la independencia política de sus fuentes por otra, garantizan la libertad de acción de la ayuda humanitaria, pero sobre todo la expresión de cualquier tipo de denuncia u opinión de la organización, sobre cualquier tema.
La empresa privada cada vez se está convirtiendo en pieza clave de la colaboración entre la sociedad civil y entes como MSF. Sin embargo, en su relación con ella, la organización ha establecido políticas de orden ético muy rigurosas que tienen que ver con la proveniencia de los fondos. Dentro de la metodología de recaudación de aportes privados, está incluida una fase previa de investigación de las actividades de la empresa, para asegurarse la no-contribución de aquellos entes cuyas prácticas se consideren anti-éticas o cuyo negocio sea perjudicial para la salud mundial . Para ello hoy por hoy MSF cuenta con un departamento dedicado a esta tarea de investigación, y negociación. Además en esta interacción, la organización cumple con una labor muy importante de sensibilización al sector empresarial sobre las problemáticas humanitarias .
Actuar sobre las causas de los problemas no es tarea fácil y para una organización como MSF lo sería mucho menos si estuviera sujeta a posturas políticas que inhibieran su independencia de criterio para evaluar desde una perspectiva sistémica las crisis y acercarse a ella como un observador externo. Representar los intereses más humanos de la sociedad civil, y en función de ello estar dispuesto a señalar todo aquello que haga falta para que se tomen las decisiones pertinentes, exige independencia y libertad, como independiente y libre debería ser cada ciudadano para opinar y actuar sobre todo aquello que afecta al resto de la humanidad, porque “si algo tiene que cambiarse, cualquier hombre tiene el derecho de indicarlo.” (1)

La profesionalidad y la eficiencia de MSF
Hablar de trabajo humanitario y de profesionalismo puede parece una sobre-exigencia, sobre todo cuando las necesidades son cuantiosas y extremas. La acción humanitaria surge muchas veces como una reacción, a veces hasta improvisada para responder a las demandas de las poblaciones. Este no es precisamente el caso e Médicos sin Fronteras, no sólo por el hecho de que uno de los catalizadores de su creación fue precisamente la detección de falta de eficacia en la atención humanitaria en otras organizaciones, sino porque (y en palabras de sus colaboradores) “el trabajo humanitario requiere unas habilidades muy específicas… Las ONG todavía deben entender lo que voluntariado y profesionalismo realmente significan. Resulta inaceptable ser sólo un voluntario o un voluntario profesional. El humanitarismo es un valor que merece ser gestionado con profesionalidad, de acuerdo con y guiado por el Derecho Humanitario Internacional, los derechos humanos y los Convenios y Protocolos de Ginebra. No hay lugar para un enfoque caritativo que caracteriza a algunas de las directrices oportunistas de otros. Incluso sabiendo como sabemos que con ese enfoque siempre encontraremos fondos de forma segura y fácil.”

Uno de los elementos curiosos de este planteamiento es la abundancia de aspectos más asociados comúnmente a la cultura corporativa o empresarial, en la gestión interna de MSF. En este sentido, la orientación siempre atenta a las necesidades concretas de las poblaciones, su continua adaptación a ellas, la eficiente logística, la exigencia en la selección del personal y en su posterior formación, entre otros aspectos, ilustran bastante bien el sentido profesional de la organización.
El humanitarismo no puede ir desligado de la igualdad, en su más profunda trascendencia, en la que cada hombre no sólo disfrute de los mismos derechos formales, sino donde en la práctica, en el día a día, esos derechos sean susceptibles de disfrute real, donde reciban realmente el mismo trato. Las características operativas de MSF, cuyos profesionales están en continuo contacto con las poblaciones, viviendo y siendo testigos presenciales de sus necesidades, sus sufrimientos y sobre todo, su humanidad, posibilitan la claridad de estos principios y hacen posible que se adopten como rectores de su filosofía.
Lo importante de todo esto es que no es una mera declaración de intención, sino que va acompañada de un sistema logístico muy avanzado. 24 horas le bastan a MSF para desplazar 40 toneladas de material a cualquier sitio o localidad en emergencia. Para ello cuentan con kits especializados, almacenes en zonas francas, protocolos estandarizados de actuación y sobre todo un equipo de profesionales formados y preparados para cada situación que pueda presentarse. Toda esta planificación ocurre como parte del quehacer operativo de la organización. Actualmente se ha creado un pool de emergencia que funciona a mediano y largo plazo, integrado por personas totalmente localizables ininterrumpidamente a través de teléfonos móviles, conectados a un ordenador y dispuestos a desplazarse en 24 horas a cualquier lugar en contingencia. Este grupo de médicos, logistas, administradores, comunicadores, etc, está coordinado internacionalmente junto con otros (de aquellas unidades que lo tienen) de manera que su labor se complemente en el caso de acudir más de uno a la misma emergencia.
Esta complementariedad no sólo se da en situaciones de crisis, sino como una característica de la coordinación internacional de MSF, donde cada delegación trabaja en proyectos concretos, pero a su vez, internacionalmente están en constante comunicación y vinculación, para adaptarse de forma sinérgica y en esfuerzos mancomunados a situaciones concretas, ya sean asistencias en casos de emergencias o proyectos a mediano plazo .
La planificación de proyectos ocurre en varios pasos sucesivos:
o Primero se envía a un grupo de profesionales al terreno a hacer una Misión exploratoria, consistente en detectar las necesidades y las áreas de mayor vulnerabilidad de la zona o país. Para esta tarea, el departamento de RRHH selecciona al personal y los demás departamentos elaboran los términos de referencia de dicha selección, según las pautas de cada área.
o Una vez hecho este estudio, el equipo investigador nutre de información al director general y este a su vez coordina con la célula encargada la elaboración del proyecto. Una vez hecho esto, se nombra al coordinador y se lleva el manuscrito ante el comité de proyectos, donde participan los jefes de áreas, para su aprobación y posterior puesta en marcha.
o Llevados a la práctica los proyectos, se realiza de forma continua una Evaluación cuyo objetivo principal es asegurar la adaptación constante y flexible a las verdaderas necesidades de la población atendida, y la consecuente asignación de recursos.
o Por último, una vez cumplidos los objetivos del proyecto, se realiza cierre, con su consecuente retirada de equipos, o el traspaso del mismo a otras organizaciones locales o internacionales o al gobierno del país.
Para que esta rigurosa metodología sea posible, se hace inminente la necesidad de contar con profesionales no sólo comprometidos sino competentes. En este sentido, la selección del personal de MSF es muy estricta, tanto por la complejidad de las labores desempeñadas por sus miembros y por la multidisciplinariedad exigida por la naturaleza misma del trabajo humanitario, como por las responsabilidades que tienen los profesionales no sólo con la gente a la que se atiende sino con la sociedad civil que financia los proyectos. Los futuros voluntarios o profesionales son sometidos a programas de formación y de sensibilización extensos e intensivos cuyo objetivo es asegurar su buen desempeño una vez que vayan a prestar asistencia en el terreno. Esta formación es además continua y constantemente actualizada, para lo cual los canales de comunicación interna y las dinámicas de interacción establecidas son una herramienta clave.
MSF cuenta internamente con una revista con contenidos informativos y de opinión y debate abierto sobre temas organizativos y filosóficos. Allí se informa a la comunidad interna de la organización sobre actividades realizadas, planteamientos o conclusiones de reuniones generales, talleres y seminarios e incluso sirve de plataforma de expresión de descontentos o reflexiones de cualquiera de los miembros. Un aspecto que llama la atención sobre esta publicación es su transparencia argumentativa y la cultura de autoexigencia que refleja.
Por otro parte existe internamente cuadernos para el debate que son publicaciones, hasta los momentos de distribución interna, que tienen por objetivo motivar la reflexión y discusión de los Estados, las organizaciones multilaterales, las ONG y el resto de los actores intervinientes, sobre crisis políticas y humanitarias. Estos cuadernos son monografías, ensayos y estudios que no necesariamente comparten o reflejan la posición de MSF pero que tratan temas relevantes del campo de la Acción Humanitaria.
Todas estas herramientas contribuyen de forma orquestada a que la compleja coordinación entre las secciones sea posible, pero sobre todo a que haya una unidad filosófica en la Organización que permita a sus miembros seguir una única visión de lo que debe ser su actividad humanitaria.
Es allí, cuando los objetivos a perseguir están claros, que pueden ocurrir procesos de toma de decisión democráticos y consensuados como los que existen en Médicos sin Fronteras, donde todas las áreas participan. La comunicación y el intercambio de información y experiencias es continuo, tanto a niveles multidisciplinares como entre los miembros de una misma área específica y de cada área con sus homólogas internacionales. El conocimiento en MSF se comparte a través de múltiples vías, debido a la complejidad de su estructura, y en todas ellas hay elementos comunes que potencian los esfuerzos: la voluntad por mejorar día a día y la conciencia clara de sus límites e imperfecciones.

Concluyendo… una visión de liderazgo humanitario

Cuando se conjugan en una organización Humanitaria de las dimensiones internacionales de MSF elementos como la calidad traducida en satisfacción de las necesidades reales de las poblaciones atendidas, la efectividad y la profesionalidad de la actividad y, sobre todo, la comprensión global del problema que pretenden solventar y una fuerte voluntad mancomunada por atacar sus causas más profundas, se puede decir que se trata no sólo de una organización innovadora, sino de un verdadero liderazgo humanitario.
Él liderazgo en este sentido debe entenderse en su acepción más global y trascendente, donde líder es aquella persona que motiva a otros a hacer, que dirige a través de su ejemplo, que actúa sobre aquellos elementos que son claves en la consecución de objetivos complejos, que trabaja por hacerse prescindible, que es capaz de sacar lo mejor de los que le rodean, a través del respeto y la valoración de cada uno, y sobre todo que logra movilizar masas o simples individuos en pro de una verdadera empresa social, de la cual se beneficie la humanidad y no el egoísmo de pocos .
En MSF el liderazgo empieza por el ejemplo, por el respeto a la humanidad de los más desprotegidos, por la concepción de igualdad que les confieren, por la atención de calidad que les brindan. Internamente esta filosofía se ve reflejada en la participación democrática y consensuada de sus miembros y en la implicación y compromiso profesional con los objetivos de la organización. Todos estos elementos aglutinados en una visión común y en una intencionalidad de ir más allá de las acciones paliativas y curativas, de actuar integralmente a corto y largo plazo.
Si bien es cierto que la resolución de los problemas mundiales generadores de crisis humanitarias y de precariedad en la que viven millones de pobladores del planeta es un problema de dimensiones incalculables y sumamente difícil de solventar, la efectividad de la contribución en su disminución depende en gran medida, de la manera en que dichas problemáticas son atendidas y sobre todo de la amplitud y variedad de flancos que se logre atacar.
Los problemas sociales son complejos y de naturaleza sistémica y como tales deben ser enfrentados desde diferentes perspectivas. En este sentido, la labor de MSF no sólo repercute de manera directa sobre la situación básica de crisis sanitaria que pueda atravesar una población o grupo en un determinado momento, sino que ejerce presión sobre la totalidad a través de aquellos sectores cuya implicación es necesaria para erradicar los problemas.
“El progreso moral se mueve gracias a fuerzas que impulsan y a fuerzas que atraen. Impulsan los deseos, las necesidades, las aspiraciones. Atraen las grandes ideas, los fines, las metas esperadas. Impulsan las presiones sociales, atraen los grandes creadores éticos. Nuestra historia es un tejido de intereses y utopías” . El liderazgo de MSF está precisamente en su capacidad para ser motor del movimiento de otros actores sociales, en la seriedad y compromiso con su visión como organización, reflejados en una combinación del espíritu voluntario con el rigor de la profesión, en un afán de devolver el equilibrio a orden mundial, cada día más desigual. El mayor beneficiado: evidentemente las poblaciones atendidas, no tan evidente, pero seguramente, todos los que se involucran en este proceso de reivindicación, algunos con recompensas más materiales que otros. La inteligencia de la gestión está precisamente en lograr los objetivos haciendo uso eficaz de los recursos. Si la finalidad es el cambio profundo y hacia allá está encaminada la organización, los recursos están dispersos en la sociedad y se debe saber negociar y presionar para que cada uno intervenga según sus obligaciones y/o intereses.

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5 comentarios en «MSF»

  1. lo primero es ponerte en contacto con ellos, conocerlos bien y que te indiquen ….. supongo que es más fácil si uno es médico, pero son gente simpática que te facilitará las cosas si son posibles.

  2. soy hondureño y pense que MSFtenia una linea de trabajo horizontal, pero en honduras el representante del proyecto y la jefe de mision son personas sin corazon que tratan a los empleados como a cualquier cosa,y ademas aunque esten confundidos siempre tienen la razon,no se olviden que los hondureños tenemos dignidad y pensamos y derrepente mejor que ustedes

  3. Siento mucho que no hayas tenido suerte en tu relación con Médicos sin Fronteras. No puedo hablar desde adentro con conocimiento de causa. La impresión que yo he recibido cada vez que han asistido a mis cursos, ha sido muy buena, tanto en las formas como en lo que decían. Un abrazo y gracias por tu comentario.

  4. Me ha gustado mucho tu artículo. Más o menos es la misma información de la que disponía. Pero pese a trabajar para MSF no la he recibido leída sino que me ha sido transmitida a través de expatriados, artículos, liberados, socios, etc.
    Creo entender al hondureño que comenta este artículo. También desconozco el caso, pero aquí en España existe una falta de cultura sobre la acción y actuación humanitaria. De ello viven algunas ONGs que no se dedican a labores humanitarias sino lucrativas. El «yo ya he cumplido» o «cada cual con su conciencia» o «algo supongo que llegará» dicho por muchos de quienes aportan dinero a organizaciones humanitarias, es muy común. El concepto caritativo también está muy extendido. A veces, el tratamiento de igualdad es malentendido y resulta duro. No es que MSF tenga el mismo nivel de exigencia sobre todas las personas, sino que no va a ceder en su actuación por problemáticas derivadas de relaciones injustas que se dan por asumidas. En ocasiones, el peso de la tradición hace el resto. Evitando que nuevas estructuras de relación, comunicación o trabajo se implementen para conseguir el objetivo sanitario o humanitario, que muchas veces incide o se concreta en la propia prevención.
    El hecho de que en India se tengan que explicar los protocolos de actuación contra el kala-azar mediante dibujos o pantomimas, no quiere decir que se esté tratando con inferioridad a la población en riesgo por no haber podido acceder a la alfabetización. El objetivo a corto plazo es evitar nuevos casos, y a medio contar con un buen sistema de prevención. No creo que en ningún caso se recurra a la victimización para conseguir atención por parte de la sociedad. Y este es un aspecto que considero fundamental en términos de eficacia: la higiene.
    De cualquier forma, espero que el comentarista se dirija a MSF de Honduras, a través de su web. La crítica es siempre escuchada y atendida.

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