El segundo tema, que ahora no me tortura, sino que me inquieta no tener tiempo para desarrollarlo y experimentarlo, una vez planteado, es el que aparece en el artículo que reproduzco, el tema de los inhibidores, y más que de los inhibidores, de lo que he dado en llamar siguiendo “palabros” psicoanalíticos, sublimadores.

Buscar y encontrar sublimadores, es superar la pobreza a partir de la propia pobreza, superar la indigencia desde la indigencia, superar el subdesarrollo desde el mismo subdesarrollo y con sus propias energías, superar y desarrollar la vida desde uno mismo, desde adentro y proyectándose en el afuera.

No es rentable la caridad, tampoco lo es cruzarse de brazos, y por supuesto compungirse y pensar que pena que los otros son pobres, que no tienen recursos. No es cierto, tienen recursos, tienen experiencia, pero en vez de ayudarles a utilizarlos, sobre todo su experiencia, tan rica o a veces más que las de los países avanzados, lo que hacemos es desfavorecer sus posibilidades por razones básicamente de control político y económico. Es el tema del llamado “comercio justo” -en realidad, todo comercio tendría que ser “justo”, pero sabemos que es un intercambio desigual, que es una forma de explotación “fina”, “elegante”, y a través del mercado, sin que se note-. Las transferencias de “plusvalía”, de valor, entre comunidades es un tema tan bien montado, que “nadie se puede quejar”, en realidad, recibe el precio adecuado en función de la oferta y la demanda.

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En mi opinión, hay que derivar de los inhibidores los sublimadores, la energía ha de brotar de uno mismo, pero no ha de ser gastada por esos “agujeros negros” que son los mercados mundiales para los productos de países del tercer y cuarto mundos. Hay mucha, mucha energía en muchas personas de esos países, además, es una energía “obligada” por la necesidad, incentivada por la escasez; pueden llegar casi a donde se proponga, no quizás sus políticos, pero sí las personas normales, porque sienten el resorte de superarse, porque su supervivencia depende de eso. Entonces, no es una cuestión de su propia energía, ni tampoco es una cuestión muchas veces de inhibidores personales, o internos de la región o país, más bien son inhibidores globales, inhibidores que tienen su raíz en las peores “plagas” y concepciones del ser humano, aquellas que piensan que “nosotros si que sabemos” y “ellos no saben”, una discriminación más que unir a la racial, a la sexual, a la política, a la religiosa, …….

“Ellos no saben, y sólo si les ayudamos pueden llegar algún día a saber”(sic). No es cierto, ellos saben o pueden llegar a saber con poco que les dejemos y que valoremos lo que tienen. Y se atreven mucho más la mayoría de las veces que nosotros, se arriesgan más, aprenden más rápidamente porque lo necesitan, e inventan, innovan, …… ¿por qué no olvidamos en casa esta culturilla cristiana que nos hace superiores y todavía tenemos que “salvar” a los negritos?. Hay que crear recursos y métodos que faciliten las cosas, que les permitan conseguir más rápidamente pasar de sus inhibiciones, que también las tienen, claro, a sublimaciones de su vida, de su trabajo y de sus culturas.

Yo he aprendido innovación con Pymes, si, he dicho, con pymes y me hubiera costado años y años hacerlo con grandes empresas. Algunas de las grandes fueron alguna vez innovadoras, aunque no todas, pero casi todas lo han olvidado. Ahora se dedican a controlar el mercado, a controlar al cliente, y a racionar la innovación, la mayoría de las veces proporcionada por otras pequeñas empresas más innovadoras. Si uno quiere aprender ha de ir a las fuentes del aprendizaje, y para aprender es preciso como dice Epicuro saber apreciar las situaciones de necesidad –que son fundamento de la satisfacción-, aquellas que nos impulsan a situaciones provisionales más positivas.

Yo aprendí innovación con Pymes. Las grandes empresas aportan sistemas, estructuras, organización, estabilidad, poder; las pequeñas aventura, riesgo, necesidad, dinamicidad, inestabilidad, reto, esperanza, innovación ….. Igual ocurre con los países y con los grupos sociales ……. en términos generales, claro. No vayamos a convertirlo en “verdades de fe”. Por eso, mi trabajo se ha preocupado de buscar salidas, de buscar rutas, de buscar métodos, de buscar rutas críticas de esos métodos, para que sean poco costosos y puedan ser fácilmente aprehendidos por los que los necesitan, especialmente por Pymes, ONGs, cooperativas, asociaciones y empresas emergentes e innovadoras, tipo internet o tecnológicas.

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