Recuerdo un curso en Barcelona, era la época del «dream team» de Cruyff, donde lo puse como ejemplo de equipo, con gran anuencia y aplauso de la audiencia. Pero pocas veces, la cultura que podíamos llamar barça o «culé» o como uds. quieran, ha encontrado mejor referencia y profundización que en esa época. Recuerdo que cuando jugaban aquellos que habían venido de Hungría, del famoso Honved, y aún alguno que no había venido de él, como Kubala, que el Barcelona siempre ha dado «demasiados pases», es más, su juego es «mareante», lo que ocurría es que en aquella época los pases se hacían cansinos y horizontales. Lo mismo le pasó en la última parte de la temporada última, pases, pases y pases y nada, a veces, hasta aburrido. Demasiada horizontalidad. El primer equipo de la etapa actual era mejor porque tenía más carencias y menos fenómenos en el medio del campo, le bastaba con Xavi y Deco, y tuvo más carencias, porque siempre -no sé tampoco porqué casualidad- tuvo muchas lesiones, y eso «facilitó» la aparición de una cierta «escasez» de aquello que casi siempre le sobra a esa cultura, los pases. Además, los que quedaban presionaban a tope en el campo, tenían todavía recorrido, no «se creían», sino que «buscaban» …… Ganar la Champions supuso el comienzo del declive, y así el año pasado vimos a un Sevilla que dejaba sin respuesta al Barça de Mónaco. Todo fué mal -no a partir de ahí- después de la Champions. ¿Me pregunto si eso tiene que ver con la cultura del «pase-pase»? Y creo que si …. pero todavía no tengo una hipótesis que me convenza para exponerla.

Veamos el otro caso paradigmático futbolero, el Madrid. Representa al séptimo de caballería. Su juego siempre ha sido incisivo, masivo, dominante y atosigante. Eso cuando ha funcionado bien de acuerdo a su cultura llamémosle «blanca». Con el anterior entrenador, Capello, le costó tocar a rebato, pero en las últimas jornadas, logró reencontrar su estilo, el estilo que además, igual que ocurre con cualquier afición -también la del Barça, claro- le pide la afición. Enerva a la afición, la pone. Ese estilo, el suyo, le llevo a ganar.

Pero miren Uds. por donde, a sus dirigentes y hasta a su público les da por buscar estética, donde solo puede existir dominancia y a través del poder emanado de tal, estética -hay sin duda, una estética del poder, de ética no hablaremos-, y empiezan a cometer un gran error, el error de querer «hacerlo bonito». La belleza de la cultura Madrid es la verticalidad, cuando es excesiva y va «contra el resultado», y remonta, se le llama «heróica»; cuando no funciona, se dice que no habían sacado a tiempo a Guti. La belleza de la cultura Barça es su horizontalidad. Crean muchas ocasiones, pero convierten pocas ….. están más preparados para el «rondó» y el toconazo, que para «sudar» la camiseta. Como siempre, cuando la sudan, cuando se trabajan los partidos, como si todos fueran el último, el decisivo, es una maravilla. Pero no es fácil, porque ganan demasiado dinero e inspiran a demasiadas entusiastas, como para pensar que tienen que seguir siendo currantes. Una opción que se propone es la competencia por arriba, pero me permitirán que les diga que eso es siempre complicado: los monopolios realmente no compiten, sino que se contagian de la bondad de ser y seguir siendo monopolios. Y por desgracia, los que vienen compitiendo de verdad, esos Bojan o Dos Santos no tienen espacio para conquistar un mercado ya copado por los «buenos». No es fácil que exista otro dream team III, al menos hasta dentro de una década o así. Y espero equivocarme, porque me gusta ese estilo, sobre todo, cuando es intenso y es trabajado. También me gusta el Madrid estilo Di Stefano y sus acompañantes, que ha sido el que ha fraguado el auténtico espíritu de esta cultura. Un currante el Di Stefano, pero siempre, ganaban por 5-0 y querían más.

El espíritu de la cultura Madrid expresa bien el conquistador español, tan oportunamente representado por la Allende en «Inés del alma mía»; el espíritu de la cultura Barça es mediterranea, es algo así como la filosofía griega, preciosa, deliciosa, pero demasiadas culturas divergentes, y sólo el hijo de un bárbaro logró darle todo el «vigor histórico» alejandrino. Es una cultura de «dame que te doy», es una cultura de intercambio, comercial, susceptible de negociación, hasta compasiva con el perdedor …….

Podría escribir más, pero no quiero seguir diciendo cosas que puede ser que dado mi formato abierto y sin rectificaciones, tenga que claudicar ante mis propias afirmaciones.

De todas formas, quiero recalcar que no hay solo dos culturas en el futbol, sino muchísimas, tantas como equipos ….. pero esas normalmente tienen que ver con aquello que representa mejor la cultura de las ciudades o los barrios o los países que las amparan.

Otro día me atreveré a hablar de otros dos equipos que conozco razonablemente bien, del Celta y el Depor, ahora es más fácil compararlos porque no tienen que competir directamente entre ellos, y lo siento por el Celta.

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