Ocupamos el puesto decimotercero de la UE en lo referente al porcentaje de I+D respecto al PIB. Estamos por encima de Estonia, Hungria, Portugal, Lituania y Grecia, y por debajo de Suecia que se acerca al 4%, Finlandia que le sigue por encima del 3%; Alemania, Austria, Dinamarca y Francia que superan el 2%; y Bélgica, Holanda, Reino Unido, Republica Checa, Luxemburgo e Irlanda que están por encima nuestra.

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Sigo pensando que no es un problema básico de porcentajes, sino de eficiencia de los fondos utilizados. Pienso que la eficiencia es más que proporcional al porcentaje, es decir, que Suecia y Finlandia obtienen más eficiencia que la proporcional de sus porcentajes del PIB, en tanto nosotros, con estos bajos porcentajes, obtenemos menos de lo que aplicamos. Seguro, pero también es seguro que acelerar el proceso no va a permitir alcanzar mayor eficiencia, porque todo tiene un ritmo, y nuestro ritmo de incorporación de la innovación y a la tecnología es lento.

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Y es lento porque seguimos utilizando formatos organizativos básicamente individuales, no hay, como dirían los brasileños, «parcerías». Trabajamos todavía demasiado aisladamente. Necesitamos aprender a trabajar con otros, a ser grupales, a desarrollar nuestras capacidades a partir de grupos de interrelación y de trabajo grupal, y eso es una gran asignatura pendiente, mucho más importante de lo que normalmente creemos. No es sólo cuestión de gastar más, sino de ser eficientes, y para ello precisamos cambiar nuestras formas de organziación y de cooperación y colaboración, tenemos que asumir nuevos parámetros sociales y referenciales para los que todavía no estamos muy preparados, y hay que dedicar muchos esfuerzos a eso, precisamente a eso.

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Tenemos que aprender a ser más cooperativos, más colaboradores, más grupales, más interaccionados e interrelacionados. Tenemos que mirar más hacia otros lados, impregnarnos y colaborar con otros, ampliar nuestros horizontes. Ese es el camino. No es suficiente con hacer lo que es más fácil: aumentar la tasa porcentual de I+D en el PIB. Tenemos que utilizarlo mucho mejor. Ese es el reto. También el reto que nos debe exigir la sociedad, hacer que nuestros recursos sean rentables, sean satisfactorios, sirvan para avanzar y conocer mejor lo que hacemos y proponer innovaciones que contribuyan a mejorar la sociedad y su cultura. Ese es el auténtico reto.

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