«Crecimiento económico …… » (1981)

«Crecimiento económico y crisis estructural en España. 1959-1980» fue un proyecto muy innovador y rompedor en lo que se estilaba sobre estructura económica de España. Yo profesaba en una asignatura que abarcaba lo mundial y España. Así como en las Facultades de Económicas existía una asignatura de «mundial» y otra de «España», en Políticas y Sociología la materia integraba ambas.

Innovación (Aldebaran Innovation)

Yo procedía de la cátedra de Mundial de José Luis Sampedro, pero tuve que conformar un programa que permitiese en un curso hacer frente a ambas materias. Para nosotros fue un gran reto incorporar a nuestra especialidad, más metodológico-estructuralista y general, sobre el sistema capitalista mundial, el mundo concreto propio, español. Siempre esta materia había sido abordada por autores como Velarde, Tamames, los Arturo López Múñoz y otros que no recuerdo en este momento, y en nuestra opinión, vistos desde nuestra perspectiva, les faltaba interpretación, se quedaban en el mejor de los casos en una buena descripción de lo que ocurría en la estructura económica española. Pero nuestra cátedra trabajaba temas españoles y con otra orientación, pero cuando queríamos que eso llegase a nuestros alumnos, nuestras aportaciones eran parciales, más profundas, pero más especializadas.

Por ejemplo, José Luis Sampedro había liderado un proyecto de grandísimo interés sobre los «perfiles económicos» que permitía estudiar las regiones de una forma diferente, y hasta comparativamente. O Rafael Martínez Cortiña había trabajado y publicado sobre cuestiones regionales y también sectoriales, con un sesgo y una orientación gnoseológica, sin duda, muy diferente de las que estábamos acostumbrados a ver de los primeros autores. O Xosé Manoel Beiras acababa de publicar «O atraso económico de Galicia». Yo mismo, en 1975 y como consecuencia, precisamente, de una colaboración en un proyecto de investigación con ambos maestros, fui acumulando material que dió lugar a la publicación de «Capitalismo y agricultura en España, 1939-1975», que planteaba cuestiones similares y en sentidos diferentes, pero substantivamente cercanos, aún habiendo trabajado sin relaciones significativas, de J. M. Naredo en su famoso, en aquél tiempo, libro del «burrito», «La Evolución de la agricultura española. Desarrollo capitalista y crisis en sus formas de producción tradicionales», publicado en 1974. Mi libro trataba el mismo tema, pero recuerdo que cuando lo terminé y ya estaba enviado a la imprenta, conocí la aportación de Naredo que acababa de aparecer.

También acababa de presentar mi tesis doctoral sobre el sector telefónico en España en un enfoque histórico-estructural, que tuvo mucho éxito en otros autores posteriores, y del que hablaré en un futuro en una próxima entrada.

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Todo esto me llevó, unido al hecho de nuestra poca conformidad con las aportaciones de la que podíamos llamar «Escuela de Velarde», a idear un proyecto innovador que nos permitiese ver el estado del arte en cuanto a la Estructura Económica de España e intentar complementar y de alguna forma completar su panorama, con aportaciones nuestras personales, que pudiesen dar una idea estructural, de conjunto interdependiente y en continua transformación, que no detectábamos con suficiente nitidez en las aportaciones que se utilizaban en las aulas y fuera de ellas. El proyecto consistió primero en hacer una evaluación de lo que se había escrito, lo mejor, aunque fuera fragmentario o especializado sobre la economía española y en el periodo 60-80, y luego, una vez evaluados los contenidos y estructurados en un modelo global de interpretación, analizar «lo que faltaba» e intentar ser los autores los que completásemos el panorama, y sobre todo, intentásemos ofrecer una gran síntesis tanto histórica como estructural. Y a eso nos aplicamos durante los años 79 y 80.

Por otra parte, se pensó en una gran publicación, una gran síntesis, donde se incorporasen las mejores aportaciones, según nuestra percepción y conocimiento que se había vertido sobre la economía española de esos años. Un modelo «reading» que siempre me gustó especialmente, y que siempre recordaba muchos libros, sobre todo, de origen anglosajón que eran unos extraordinarios ejemplos de la virtualidad de esa forma de publicar. Total, que de la evaluación de conocimientos, hicimos una selección de veinte autores, donde podíamos decir que «estaban todos los que tenían que estar». Al repasar esa lista, nos dimos cuenta de que faltaba sobre todo, una interpretación histórica, que normalmente empezaban a ofrecerla los historiadores, siendo en ese momento la más recurrida la de Jordi Nadal, pero que faltaban otras que se publicaron en los años siguientes. Además faltaba sentido estructural, sentido de conjunto, análisis global del sistema capitalista español y en eso nos metimos. Nos marcamos esas dos áreas de trabajo y nos pusimos fechas para trabajar sobre ellas. Y de ahí salió el complemento que necesitaba el libro. Yo publiqué individualmente dos artículos que incorporaban una visión global-estructurante de lo que era la realidad de la economía española, Moral trabajó otro en planos algo diferentes, y juntos hicimos un trabajo interpretativo a partir de las fuentes históricas. El libro estaba completo.

Sigo pensando que es el mejor libro sobre la época (1959-80), el mejor manual sobre el tema. Contiene a los mejores autores sobre la cuestión y es una interpretación global desde una perspectiva estructural. Por supuesto, no sirve para explicar lo que pasó después, aunque muchas de las leyes estructurales del sistema económico-social español están ahí y en parte siguen vigentes. Nunca se ha vuelto a escribir sobre las formas de acumulación específicas de nuestra sociedad; tampoco sobre la distribución de la renta y su papel en los procesos de acumulación en España y así sobre otros muchos temas, donde no sólo fue innovador, sino que sigue siéndolo.

Hubo un intento posterior, y en parte frustrado por falto de solidez teórica, de superarlo, pero lo cierto es que más bien fue acallado. Pasó que el libro había seleccionado a muy pocos de los autores que habían sido considerados históricamente como «los autores» sobre el tema, y además, en la bibliografía comentada, se hizo un fuerte análisis crítico sobre algunos de ellos, lo cual produjo más de una reacción insospechadamente hostíl, pues nosotros dábamos argumentos, o tal vez por ello, porque los argumentos que dábamos eran sólidos y además ofrecíamos alternativas. Esa cuestión me produjo más de una dificultad en mi carrera universitaria, al ser tildado, como líder que era de ese libro, de crítico con los «poderes establecidos». El libro durante tres años fue la única alternativa a los libros tradicionales, pero fue atacado sistemáticamente por el grupo en el poder, y acabó siendo relegado por muchos de los que inicialmente lo recomendaban como gran alternativa para estudiar ese periodo crucial en la estructura económica española. Fue poco a poco apartado de las aulas, en la medida en que el poder de los García Delgado se hizo más patente y dominaba más cátedras en toda España, pero no ha podido dejar de ser un referente que todo estudioso del tema tiene que trabajar para comprender algo sobre ese período, que precisamente no es un período cualquiera, sino «el período» en que se construyen los fundamentos estructurales de dicha economía.

Hay que resaltar también que los dos profesores que me acompañaron en la aventura, y en su momento discípulos míos, no tuvieron inconveniente a mediados de los ochenta en renunciar como Judas a lo que habían escrito y hasta al libro mismo, por conseguir su objetivo de ambición vana de ser cátedros, probablemente sin merecerlo, porque sus cátedras se construyeron sobre una gran traición que ellos, en el fondo de su alma, conocen y espero que sufran.

Nunca he dejado de decir lo que pensaba que había que decir, y esa seguirá siendo mi postura toda mi vida. Algún día comentaré algunos detalles más sobre esta parte de mi vida y del contexto en el que me he movido.

El libro sigue disponible en muchas bibliotecas universitarias, pero ya ha sido retirada su edición por Akal, que fue su editor.

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