Confucio y el V Encuentro

«El sentido de las relaciones humanas es querer consolidarse uno mismo, para consolidar a otros, tratar de comprender para hacer comprender a otros, de suerte que podamos servir de ejemplo a los prójimos. Estas son las recetas que conducen al ren, al sentido de las relaciones humanas» Confucio

Eso buscamos con nuestro V Encuentro: consolidarnos a nosotros mismos para consolidar a otros, comprendernos para comprender a otros. Una tarea imprescindible para ser innovador o para ser facilitador o profesor. Crecer y consolidarnos por la experiencia, por la práxis docente, por la vida en sí misma, avanzar, aunque sea ligeramente, hacia el «conócete a ti mismo» de los griegos -y de la humanidad entera-, ser más para mostrar más el ejemplo de nuestra experiencia, nuestro trabajo y esfuerzo y nuestros conocimientos, no tanto para que te reconozcan, como para que alguno o varios te imiten.

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El V Encuentro se fija en las experiencias de cada uno, que siempre van acompañadas de nuestros conocimientos sobre la vida y sobre nuestra profesión. El quinto encuentro parte de esas experiencias, porque a partir de la vida misma se construye el conocimiento, y en ese proceso, acertamos algunas veces y nos equivocamos muchas más de las que quisiéramos. Pero precisamente cometer errores es una gran oportunidad para acumular experiencias y para aprender de ellas. Por tanto, pasamos de la culpa del error a la oportunidad de los errores. El V Encuentro contiene en su praxis el análisis de los errores y de los aciertos, desde la humildad de aquél que sabe que algo que ha salido bien, puede salir mal, si nuestra actitud pasa de la humildad a la prepotencia. Y por eso, decimos que el V Encuentro es sobre todo, para conocernos, a nosotros mismos al estar acompañados de otros, y a los otros asistentes, todos cargados de los regalos de sus experiencias, como si fueran reyes o reinas magas, papa-mamás Noel que llenan nuestros calcetines con las verdades de su vida.

Además, escucharnos a nosotros mismos hablando de lo que hemos hecho o intentado hacer es una forma de aprendizaje, ¿cómo suena todo esto cuando lo decimos en público y sentados mirando a los ojos a otros muchos que también tienen cosas que apuntar? Se aprende cuando se habla de la realidad. No se aprende casi nada cuando hablamos de algo que no hemos vivido, sólo lo hemos encontrado en un libro, pero no lo experimentamos, ahí soltamos un discurso y poco más. La gente va a convertir la pasión en razón, y no la razón en pasión -cosa evidentemente bastante más difícil-. Nuestra experiencia, nuestras pasiones, nuestra vida, nuestra querida profesión, nuestro interés por los otros, nuestro respeto hacia lo diferencia y diverso, se va a plasmar en nuestras experiencias docentes y/o innovadoras (sociales, en general9, y esas experiencias van a ser escuchadas con la pasión combinada con razón de aquellos que también lo han intentado. Todo un espacio de aprendizaje e innovación para disfrutar, para disfrutar mucho.

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