¿Y por qué no empezamos a preparamos para innovar?

¿Y por qué no empezamos a preparamos para innovar?

Artículo publicado en la revista «Capital Humano» (1999)

Decía Confuncio que los placeres perjudiciales eran «el lujo extravagante, la ociosidad disipada y la juerga constante» y que los placeres beneficiosos eran tres: «disfutar de los rituales y la música bien compuestos, hablar de las virtudes de otros y tener abundancia de amigos que sean hombres excelentes». Al menos dos de los placeres perjudiciales están demasiado presentes en nuestra cultura y otros dos de los placeres beneficiosos no están suficientemente repesentados.

Y ¿por qué no empezamos a prepararnos para innovar?

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